XIX MARATON DE PRAGA 2012.-
"La internacionalidad"
Después del regresar de Bucarest el jueves
de madrugada con la Copa de la Europa League, el viernes me embarqué en una
nueva aventura. El destino era Praga. En mi caso quería debutar
internacionalmente como corredor popular y a la vez completar mi segundo
maratón. El reto para mi amigo Dani era acabar su primer maratón.
Tuvimos la grata compañía de mi hermana y
Natalia, sin las cuales hubiese sido más complicado.
Llegamos a Praga el viernes por la tarde y
en el aeropuerto había un puesto del Maratón con información. Esto nos indica
que se trata de una prueba muy turística y me parece un buen detalle. Se nos
hizo tarde para ir a recoger el dorsal pero no para pasear, tomar algo y cenar
viandas típicas checas. Esto me valió para ir a dormir con la sensación de que
estaba en una ciudad preciosa, como de otra época.
El sábado madrugué. Llovía, pero a las 8
yo ya paseaba solo, bajo la lluvia, por la ciudad. Tuve un altercado con un
quiosquero maleducado, borde y muy feo y comprobé como resonaban las voces en
aquellas calles, por la mañana cuando no hay ruidos. En fin: lo olvidamos.
Salimos para la feria del corredor donde
pasamos la mañana, previo avituallamiento en forma de desayuno como si fuera la
última vez que lo hacíamos.La feria era enorme y sin esperas recogimos las tres bolsas del corredor: dos eran para la distancia de Filípides y la tercera era para mi hermana que también debutaba internacionalmente en una carrera paralela.
Volvimos al hotel e hicimos un gran
descubrimiento para nuestro futuro en Praga: PALLADIUM. Es un centro comercial
con muchos restaurantes a menos de un minuto de nuestro hotel. Allí comimos
pasta.
Paseamos otro rato por la Ciudad Vieja y
el Puente Carlos y visitamos un par de puntos donde se situaría mi hermana a
vernos después de su carrera. En la cena nos volvimos a llenar de pasta en
PALLADIUM y pronto a descansar.
El domingo me levanté a las 7 para estar a las 7:30 en una misa que se
celebra con motivo de la carrera. Fue curioso. El cura, lucía bajo su sotana
unas zapatillas que le delataban como runner; luego dijo que también iba a
correr.
Había bastante gente y creo que rara vez
se verá en una iglesia gente rezando con semejantes vestimentas: mallas cortas
y largas, cintas al pelo, camisetas con colores chillones, botes de isotónicos,
olor a reflex etc... Seguro que más de un puritan@ si nos hubiera visto habría
pensado en proponer nuestras excomuniones por pintas. A mi me gustó.
Volví al hotel donde esperaban Dani y mi
hermana para ir a la salida. La temperatura era de unos 5ºC, por lo que
agradecí la presencia de mi hermana hasta el último momento que se quedó con mi
abrigo.
Salida multitudinaria, muy fluida y con
mucha animación, organizada en cajones. Además creo que lo de los cajones se
respetó en general.
Llevaría aproximadamente 600m de carrera y
primera parada a mear. Esto es un verdadero problema que arrastro desde hace
tiempo, pero creo que ya sé por qué me pasa y creo que voy a ponerlo remedio.
Con esto, el primer kilómetro tardé casi 7 minutos y perdí a Dani que no le
recuperé hasta el km 6-7. Hasta allí me acompañó un turista madrileño, que se
enteró del evento y salió a entrenar un rato.
El primer 10000 cayó en algo más de 57
minutos con otra parada para a mear y
paradas en los avituallamientos a beber. Sigo sin saber beber en vaso mientras
voy en movimiento.
Primer saludo inesperado a Natalia y paso
por la Plaza de la Ciudad Vieja. El km 20 en 1:53:12 y la media en poco más de
1:59. Los km caían a unos 5´25” con buenas sensaciones, cómodos, con
pulsaciones entre 155-160, disfrutando de la ciudad y charlando y riéndonos
entre nosotros y con compatriotas que encontrábamos.
En el km 22 vimos la diferencia que nos sacaba
el globo de las 4 horas y hablamos que si seguíamos al ritmo que íbamos en el
km 32 le alcanzaríamos, pero también hablamos que de seguir así, igual lo
pagábamos al final. Más o menos pasaron las dos cosas.
En el km 28 Dani paró por enésima vez a
mear. Esta vez a mi no me tocaba y seguí. El km 30 en 2h 48 min. Dani me
alcanzó en el km 31 a la entrada de un puente. Al salir de ese puente de unos
300 metros ya no pude seguirle. Allí mismo nuevos ánimos de Natalia y seguí
avanzando a unos 20 m de Dani y a unos 50 del globo ansiado.
En el km 33 me hundí. Había perdido la
pista de Dani, que adelantó al globo y yo me quedé a unos 20 metros. Mi idea
era haber ido con el hasta el final.
De aquí al final no lo paso nada bien. De
fondo iba bien pero las piernas no funcionaban. Mis arrancadas en los
avituallamientos eran cada vez más costosas. En el 34 está mi hermana pero
saludo con pocas ganas. Paro un par de veces a estirar. En el km 39 paro un
poco a andar tras estirar. Me animan a reincorporarme a la carrera un padre e
hijo catalanes y les acompaño un rato. El hijo 2h 36 en maratón y el padre con
61 años y 28 maratones. Me gustó verles y hablar con ellos.
Al llegar al km 41, en la entrada a un
túnel nos animamos un corredor polaco y yo a llegar con ritmo mantenido hasta
el final del túnel. Aquí me había recuperado un poco y me animo aunque las
piernas protestaban y amenazaban con pasarme algo más serio. Según avanzó por
el túnel veo a lo lejos a Dani que íbamos a alcanzarle. El saludo en la lejanía
fue a gritos:
A: Estoy
hasta el nuflo de correr
D: Y
yo también –mientras se giraba para localizarme–.
A: Olé oleé olé Cholo Simeone
D: Aleti, aleti
Y otros gritos
selváticos que hacen dos amigos españoles cuando se reencuentran en un tunel en
Praga después de casi 4 horas corriendo.
Alguien se animó por detrás a berrear y el compañero
polaco alucinaba. La verdad es que aquél túnel retumbaba mucho más que la calle
de la discusión con el quiosquero feo.
En la salida del túnel fuimos dándonos las
novedades de lo acontecido desde nuestra separación. El me dijo que de fondo
iba estupendo y su problema también eran las piernas.
En el km 41 y ya a trote cochinero nos
anima mi hermana y llegamos juntos a la meta con 4 horas y 7 minutos.
Llegar al hotel fue una odisea. Estaba
cerca de la meta, pero tuvimos que sentarnos un rato en el suelo, al sol,
tapados con nuestras sábanas plateadas hasta que recuperamos fuerzas y nos empezábamos
a quedar fríos.
El dolor de las piernas duró esa tarde y
el lunes y lo curioso es que de mis dolencias de las semanas anteriores y días
previos ni me acordé y ni me molestaron ni me molestan. Fue una sorpresa muy
grata pero no lo entiendo.
Tras el maratón, los dos días que nos
restaban allí les dedicamos a otras maratones: conocer la ciudad, beber cerveza
y comer.
Hablando la tarde de después de la carrera
durante un avituallamiento cervecero me dijo Dani que el próximo maratón que
iba a hacer era el “maratón de su puta madre”. Le pregunté que de 0 a 10 las
ganas que tenía de hacer otro y me dijo que cero. Sabía que cambiaría de
puntuación rápidamente y los días posteriores fue subiendo hasta 6 de 10.
Seguro que ahora es más.
A mí si me gustaría repetir esta
experiencia un par de veces al año. Es una forma de hacer turismo que creo que
está en expansión y seguirá creciendo. Miraré alguno en el otoño. ¿Alguien se
anima?
CONCLUSIONES
DE LA CARRERA.-
-
Carrera muy bien organizada,
ya desde el aeropuerto con ese stand informativo.
-
Carrera recomendable como tal
y por las posibilidades turísticas de la ciudad.
- Creo que en respeto en
cajones, buitreos en el avituallamiento en meta y respeto al corredor, esta
gente nos lleva ventaja.
- En animación no nos llevan
ninguna ventaja. Fue escasa en muchas zonas y poco bulliciosa en general, salvo
numerosos grupos de italianos que daban colorido.
- Mucho turista maratoniano de
muchos destinos distintos.
- Recorrido muy bonito, con
adoquines en algunas zonas que no son nada agradables.
- Bolsa del corredor justa.
Avituallamientos buenos y abundantes en carrera con isotónicos, agua, fruta,
esponjas. En meta muy buen avituallamiento pero llegamos con ganas de pocas
alegrías.
CONCLUSIONES
PERSONALES.-
- Para lo poco que he entrenado
he acabado y es lo que pretendía. Además mi tiempo no ha sido mucho peor que
MAPOMA 2011.
-
Hay que entrenar para mejorar
sobre todo piernas. Me parece que voy a subir unas pocas escaleras
-
He ido pasado de peso 3 o 4
kilos. Los últimos días no me he cuidado ni la alimentación ni la bebida y eso
no se si afectará mucho pero seguro que no ayuda.
- No puedo salir a correr
hinchado de agua. Está bien hidratarse, pero ya bebo por beber. Esto prometo
mejorarlo. Así tendré que hacer menos paradas técnicas.
-
Espero repetir más maratones
internacionales en un futuro. Me ha gustado
-
La ciudad me encantó y la
compañía de Dani, Natalia y mi hermana ha sido cojonuda