ANTECEDENTES.-

     Hoy he hecho mi último entrenamiento largo. Han sido algo más de 17 Km. a ritmo de unos 5´30” por Km.

     Ya no entrenaré por lo menos hasta el viernes y reduciré poco a poco la distancia hasta el jueves previo al maratón del domingo día 13. Por cierto, el número 13 me gusta mucho.

     La preparación ha sido un poco defectuosa y de peso estaba un poco pasado, pero creo que recuperaré algo con las últimas salidas hechas y las que me faltan.

     El día 9 (4 días antes del maratón) me ha surgido un imprevisto maravilloso. Mi equipo juega la final de la Europa League en Bucarest y ya tengo la entrada y el vuelo.

     Las veces que he ido fuera de España a ver al Glorioso Atlético de Madrid (Liverpool y Hamburgo) he hecho un ultramaratón cervecera, lo que no es muy recomendable dada la proximidad del otro maratón. En ambos casos no supe controlarme en absoluto, pero lo más curioso es que el domingo siguiente tuve carrera y lo hice muy bien.

     De hecho, en Hamburgo tuvimos cerveza a raudales, tensión en el partido y prórroga, la noche previa con un madrugón de escándalo, la de después haciendo cola en el aeropuerto para salir de allí a las 7:30 de la mañana, pérdida de conocimiento en el tren con parada de éste hasta que me recuperé y aplausos de todo en tren atlético cuando me reincorporé, el calor asfixiante por ir muy abrigado y comprar de todo, me fumé un puro, mala comida etc..Todo esto es poco recomendable para correr y el domingo siguiente tenía la Media Maratón de San Sebastián.

     Allí tengo mi MMP, así que la estadística está de mi lado.

     Las piernas están casi recuperadas, aunque la planta se me reproduce una ampolla enorme que no acaba de curarse desde la Media Maratón de Dueñas.

     Espero que no me moleste mucho ni en Praga ni en Bucarest.