II MEDIA MARATON DE CUENCA
“Si lo sé no voy”
El día 11 de Noviembre participé en una nueva edición de carrera boomerang. Esta vez la Ciudad agraciada con mi presencia fue Cuenca y la hora de inicio las 11 de la mañana, por lo que evité madrugones y apreturas para volver a casa a comer.
Los partes meteorológicos de días previos y el viaje de ida presagiaban lluvia. Aparqué muy cerca de la meta y me encontré con Arganzboy (gran corredor, gran bloguero y también asiduo a carreras boomerang), con quien intercambié charla agradable de carreras pasadas, de la de el día en cuestión y de carreras futuras.
Monté en un autobús puesto por la organización que nos acercaba, mejor dicho, nos escalaba, a la salida que estaba en la parte más alta de la ciudad.
Recogida sin esperas del dorsal y no había chip. La inscripción costaba 17 y no había chip. Tampoco había imperdibles, pero eso era algo menor.
Saludo a Susana, vecina del barrio de toda la vida que acompañaba a su marido haciendo maraturismo. Llevaban el puente (en Madrid era puente) por aquellas tierras haciéndolo coincidir con la carrera.
Salida puntual, con frio y amenaza de lluvia. Los aproximadamente 5 primeros kilómetros tenían un significativo descenso. No habíamos llegado al primer kilómetro y ya se me había soltado la cinta del pulsómetro por lo que tuve que ir con ella de la mano el resto de la carrera. Empieza a llover con poca intensidad.
En el kilómetro 5 dejamos el asfalto y la trepidante bajada para ir por un paseo paralelo al rio Júcar. Este paseo se convirtió en senda, en la que no se podía adelantar, ni que te adelantaran sin tener que salirte a “la cuneta” inexistente. Esta zona tenía toboganes constantes. Además, en este tramo tuve la gran suerte de ir precedido por una moto de la organización que iba impregnando el aire que teníamos que respirar de sus humos. No creo que esto fuera necesario.
Salimos de la senda y pasamos al otro lado del rio Júcar para desandar por un carril bici el camino y volver a cruzar el rio para repetir el paso por la senda. Esta vez no conté con la presencia del motorista pero si con las estrecheces. Llovía poco, pero ya mojaba.
El kilómetro 10 en 49:16 y pienso en acabar en menos de 1h 45 min como en Jaén. El kilómetro 15 en algo más de 75 minutos. A estas alturas ya me había dado cuenta de que la distancia entre los carteles kilométricos no era la correcta. Mantenía un ritmo más o menos constante pero había grandes diferencias en tiempos entre unos y otros, que al final se compensaban.
A partir del km 18 empezamos a entrar por primera vez en la ciudad. Sorpresa: Alrededor del km 20, el recorrido nos sorprende con unas escales. Serían unas 20 escalones que subo enrabietado de dos en dos. Esta bravuconada me pasó factura arriba con un momento de flojera.
Ya recuperado de mi absurdo sprint y por el centro de Cuenca me puse a un buen ritmo, para bajar de esos 105 minutos. El kilómetro 20-21 lo hice en 3:15. Imposible.
Nada más pasar el mal situado cartel del 21 apreté para cubrir ese teórico hectómetro. Los metros que faltaban al kilómetro anterior le sobraban a este. El sprint que iba a ser de casi 100 metros fue de más de 400. Entré desfondado. El crono lo paré en 1:44:57, 2 segundos menos que en Jaén. La organización lo paró más tarde. En la salida nos dijeron que al no haber chip nos leerían el código de barras del dorsal en meta. Me engañaron. Aproximadamente 20 metros después de la meta una persona leía el dorsal y se lo dictaba a un compañero que manejaba un ordenador.
Si se hace así de mal, al menos nos ponemos a leer en la línea de meta ya que los corredores, nada cruzar esa ansiada línea, respiramos, cojemos aire, paramos el crono, lo miramos, nos saludamos etc, hasta completar la absurda distancia donde estaba el control. Muy mal.
Por si esto fuera poco, en los resultados salidos días después, a aquellos corredores que superaron las 2 horas, se les asigna a todos el tiempo de 2 horas independientemente del tiempo que hicieran. Vaya tela.
En meta: agua, isotónico, forro polar y medalla que componían la bolsa del corredor. Algo de avituallamiento sólido (fruta por ejemplo) no había venido nada mal. No había. 17 euros de inscripción.
Las duchas imposibles. Me quité el disfraz de corredor en un pasillo de acceso y allí volví para secarme y vestirme de “persona”. Bastante frío aunque hay bastante corredores y personas que pasaban por allí.
CONCLUSIONES PERSONALES.-
- Buenas sensaciones. Me falta el dato de las pulsaciones por el percance sufrido al principio
- Sigo en ese ritmo de 5min/km donde me encuentro a gusto para estas distancias
- Creo que me costará mucho mejorar estos ritmos.
CONCLUSIONES DE LA CARRERA.-
- Organización fatal en general
- Relación calidad/precio para echarse a llorar.
- Correcto desplazamiento en autobús de la meta a la salida. Buena idea.
- Avituallamiento con botellitas de agua cada 5km.
- Recorrido con grandes desniveles, generalmente de descenso
- Recorrido muy mejorable a poco que se quieran hacer bien las cosas. Zonas en las que sólo se podía ir en fila india, motos ahumando a corredores, mala o nula medición de tiempos, mala señalización de kilómetros, escaleras en el trazado. Muy mal. Fatal.
No creo que vuelva