XXXIV CARRERA DEL AGUA.-
Casi 5 meses después volví a participar en una carrera popular. En estos 146 días me han pasado muchas cosas, en su mayoría negativas, pero alguna positiva también.
Llevo poco entrenando y quería ver cómo funcionaba mi cuerpo y mente en una carrera de 10 km. La elegida fue la Carrera del Agua, que es un clásico en Madrid, con 34 ediciones y un clásico en mi historial, siendo la de ayer, mi cuarta participación. Iba ilusionado, un poco nervioso; a ver qué pasaba.
A las 8:30 me encuentro con el tío Sergio. La última vez que nos habíamos visto fue en una visita que me hiciste cuando estaba en el hospital y ahora nos rencontrábamos en pantalón corto. Me gustó.
También nos juntamos con Fernando y su sobrino Felipe. Los cuatro somos muy futboleros y agotamos esa media hora hasta el comienzo de la carrera pseudocalentando mientras intercambiábamos opiniones de lo acontecido y lo futurible en ese deporte.
No he perdido la costumbre y nos situamos bastante atrás en la salida y así empezamos, aunque desde el primer momento cada uno a su ritmo y adelantando gente.
En el km 4 aprox coincido con 2 chicas que comentaban que intentarán acabar en 50 minutos. Las adelanto aunque luego me dijeron que solo me separé unos metros. En este momento me planteo que si sigo a ese ritmo podría rondar la marca de ellas.
El km 5 le paso arañando algún segundo a los 25 minutos.
Al paso por el campo de futbol nos juntamos dos corredores con camisetas que nos delataban como atléticos (había muchos con esta lustrosa camiseta). Intercambiamos opiniones de lo vivido por ambos en ese campo días antes. Al llegar a la puerta 31 le dije “Mira por esa puerta entre ilusionado, tenso, a ver qué pasaba y salí muy contento”. Él me dijo algo parecido y luego vería como aquellas palabras eran premonitorias de lo que sucedería en esta carrera. Pasó exactamente lo que le hablamos.
Saludo a mi primo que estaba de voluntario que me animó y me vio, ya que yo andaba un poco perdido.
La charla con el hermano atlético, el saludo a mi primo y la leve subida de la Castellana me hizo flaquear un poco y pasar un ratito de flojera. Este km a casi 5 minutos y medio.
A partir del 6 entramos en Bravo Murillo y me alcanza una de las corredoras con las que había coincidido antes. Nos saludamos con la mirada porque yo iba un poco ahogadito. El terreno favorable, aunque con algún tobogán y nos ponemos a un ritmo de 4´45”, incluso apretando en el último kilómetro, para bajar de 49 minutos.
Intercambio de opiniones con mi compañera de carrera y rencuentro con Sergio, Felipe y Sergio, con sus objetivos cumplidos. Me dio la sensación que los tres fueron muy conservadores en la salida y que llegaron frescos.
Saludo y breve charla con Gema y con su cuñado antes de estirar, cosa ahora parece que me tomo más en serio.
Y cómo está escrito unas líneas más arriba, en la Final de la Copa del Rey de hace 10 días iba con incertidumbre, a ver que pasa, sin tenerlo nada claro, con tensión, disfrutando y sufriendo para al final salir muy contento. Ayer sucedió lo mismo.
Tengo ganas de inscribirme en más carreras y seguir entrenando para llegar en las mejores condiciones posibles a Berlín, que es el reto de este año.