AYER.-
Ayer fue un día con muchas coincidencias runeras.
Ayer se disputó la maratón de Viena. Tenía pensado regalarme para Reyes la inscripción, hotel y el vuelo. Ya lo tenia todo mirado e iba a ser ese puente del 6 de Enero cuando reservásemos todo. Esa posibilidad se difuminó unas horas antes. Menos mal que aún no lo habíamos hecho nada.
Viena no va a desaparecer así que ya correré dicha maratón y si no es allí, hay muchas carreras y maratones para disfrutar en todo el mundo.Lo que está claro es que las carreras las hemos de coger cada vez con más antelación. Además hay que reservar vuelo y hotel, con lo que corremos un riesgo a que en todo ese tiempo surja algo que nos impida ir y de al traste con nuestras ilusiones y nuestro dinero. Es una apuesta que hemos de hacer
Ayer, tras cumplir las prescripciones médicas más un margen de seguridad que me impuse, traté de trotar un poco. Fue poco tiempo mezclado con andar rápido. Las sensaciones fueron raras con alguna molestia, pero contento en general. No se me ha olvidado cómo se movían las piernas pero comprobé que mi estado de forma es pobre, muy pobre.
Ayer, volví al Templo a ver un partido de mi aleti, después de varios meses. Lo que más me gustó fue reencontrarme con mi amigo Mario y con sus hijos que se lo pasaron en grande, en el Dia de el niño, que todos los años organiza el club
Ayer, tuvo bastantes cosas y casi todas positivas
Ayer ví que no me queda mucho tiempo para poder hacer la mayoría de las cosas que hacía, entre ellas correr.